A escasos metros, y a la misma hora, el agente P.C.Watkin recorría la plaza Mitre. Aquella plaza era particularmente oscura puesto que, al igual que ocurriera con Buck`s Row, donde apareciera hacia justo un mes la primera víctima del Destripador, tenía un gran almacén que ocupaba una de sus aceras, además buena parte de las viviendas que en ella había estaban en aquel momento desocupadas, por lo que apenas contaba el agente con más luz que la de su linterna. Watkin se pasaba toda la noche haciendo una y otra vez el mismo recorrido, que le llevaba 15 minutos, con tal de que nada ni nadie le molestase, y aquello no era el conflictivo Whitechapel, ambos barrios estaban cerca, pero él tenía la suerte de pertenecer al cuerpo policial de la City, y allí no había tanta delincuencia, tanta taberna, tanta prostituta, ni tanto asesino suelto. La noche, como casi siempre, estaba resultando tranquila, no así en el cercano Whitechapel, que acababan de descubrir otra prostituta asesinada, sin duda que obra del miserable Jack.
En escasos 15 minutos, aquel cariñoso caballero que Lawende había visto acaramelado con una señora, la había estrangulado, degollado, rasgado el rostro por múltiples sitios, labios, ojos, mejillas, nariz. Otro tanto hizo con el abdomen de su víctima, al que le propinó un profundo tajo, desde el pubis hasta el esternón, completando su brutal hazaña con varios cortes transversales. Le había apuñalado el hígado, y arrancado tanto el útero como el riñón, órganos que tuvo el mal gusto de llevarse.¿Pudo un hombre solo hacer semejante carnicería, a oscuras, en tan breve periodo de tiempo? Materialmente imposible.


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