martes, 9 de marzo de 2010

¿QUIÉN ERA CATHERINE EDDOWES?



Dos mujeres asesinadas en una sola noche


El 30 de septiembre de 1888 tuvo un comienzo sumamente  trágico para los habitantes de la ciudad de Londres.


El infame  Destripador había vuelto a atacar en el humilde barrio de Whitechapel, por lo que la mayor parte de los agentes del orden público iban a tener una noche muy ajetreada, motivo por el cual quisieron quitarse problemillas de menor importancia, y uno de ellos fue sacar del calabozo a Catherine Eddowes, a la que habían encerrado en la comisaría de Bishopgate pocas horas antes, por haberla encontrada tirada en el suelo, con una más que considerable borrachera.

Como las anteriores víctimas del Destripador, era Catherine una mujer con los cuarenta años bien cumplidos, prostituta, alcohólica y, casualmente, también ella aquel día se había visto extrañamente recompensada, con una abundante suma de dinero, que le permitió beber más de lo acostumbrado.

A diferencia de sus predecesoras en el dudoso privilegio de tener un encuentro amoroso con el siniestro Jack, ella sí tenía pareja estable. Convivía en una pensión de la calle Flower and Dean, en el barrio de Whitechapel, con un vendedor ambulante llamado John Kelly. A pesar de no haber formalizado la unión, todos la conocían como Kate Kelly, circunstancia que no se tuvo en cuenta a la hora de dar los datos a la prensa. ¿Tendrá algo que ver con que la siguiente víctima iba a llevar idéntico apellido? ¿Sabía sir Charles Warren, el jefe de la policía metropolitana que unas semanas más tarde la elegida sería Mary Jane Kelly, y prefirió usar el apellido oficial de Kate?

Todos los asesinatos se cometieron en fin de semana, y en caso de Kate Kelly no podía ocurrir de otra manera, ya que en los días de diario estaba más protegida, con la presencia de John, pero los sábados y domingos  éste tenía que dedicarse a su trabajo, circunstancia que ella aprovechó, y su asesino también. Como estaba menos controlada, y tenía más dinero que otras veces, bebió a placer, motivo por el que acabó tirada en plena calle, y siendo llevada al calabozo.

De no haber aparecido otra prostituta asesinada en el barrio, ella habría pasado la noche en la cárcel, librándose del siniestro encuentro con el tristemente célebre Jack, pero no fue así, la suerte le dio la espalda aquel 30 de septiembre de 1888. Aunque cabe preguntarse si eso habría supuesto su salvación, o sólo unos cuantos días de demora. Todo depende de que el encuentro fuera totalmente casual o,  por lo contrario, existiera un motivo oculto para que alguien decidiera que ella tenía que morir, antes del 8 de noviembre.

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